Por: Gustavo Campos
Foto: Tauro Nota
Normalmente cuando una alguien deja el plano terrenal, se hacen halagos, se recuerdan momentos de felicidad con esa persona, y se dice que nunca se ha hablado mal de nadie que no esté.
Pero… Que es lo que sucede cuando pasa ese tiempo difícil, después de que nos deja una persona; ese tiempo tan duro en el que tienes que asimilar el proceso, y te acostumbras al dolor, mientras las cosas tienen que seguir a pesar de todo… A pesar de su partida que dejó una huella profunda en ese camino que compartieron.
¿Qué es lo qué pasa?, después de ese tiempo, y aún así, seguirle recordando con ese mismo aprecio, cariño, y admiración que le tuviste en su paso por este mundo.
Eso pasa con Raúl Bacelis, un ser humano que dejó huella en sus amigos, y una marca imborrable en todos los que lo conocieron en su paso por este mundo.
La vida nos deja enseñanzas, nos deja vivencias, y nos pone delante a personas para que aprendamos a crecer, a seguir a pesar de todo. Pero sobretodo para que aprendamos a vivir.
Raúl dejó huella en todo los que lo conocieron, en los toreros, en sus compañeros; y hoy, a pesar del tiempo que ha pasado, exactos 12 meses, seguimos recordándole con el mismo aprecio y respeto, como un torero excepcional, como un figurón del toreo.
Raúl fue un grande, el mejor torero de plata de su tiempo, y de muchos tiempos.
Lo recordamos con aprecio, a un torero que dejó una huella imborrable en los anales de la fiesta brava.
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