Cada tarde de toros sin duda tiene no solo una sino infinidad de historia, ayer la plaza de toros México fue escenario de episodios que se constituyen en la grandeza de un espectáculo que logra tocar las fibras más recónditas de más de 40 000 almas. En este sentido y después de un largo tiempo, fue verdaderamente imponente ver los tendidos del coso de Insurgentes llenos en su totalidad.
La tarde era esperada por el gran público que, llegado de todos los rincones de nuestro país mostró su civilidad y su educación, mientras una sarta de energúmenos, ignorantes y cobardes también buscaron una identidad que no tienen y cuya carencia los lleva a cometer acciones vandálicas que, aunque causan indignación no vale la pena mencionarlas.
Realizaron el paseíllo los Matadores Joselito Adame, Diego Silveti y Andrés Roca Rey quienes vestidos de verde despacharon un encierro anunciado como Tequisquiapan, aunque no hubo corte de apéndices su vivieron momentos muy interesantes.
Joselito Adame unificó los criterios con el que abrió plaza, con un preámbulo capotero que le fue muy aplaudido, cuajó una faena por el sendero de la derecha, misma que fue confeccionado por varias tandas en las que apareció el toreo en redondo y los toreros remates, lamentablemente llegaron los fallos con la espada por lo que perdió los trofeos.
Con el cuarto de la tarde salió dispuesto a conseguir el triunfo y consciente de lo que la tarde de reapertura significaba trató de agradar en su intervención con el capote, ante la petición mayoritaria tomó los palos para cubrir el segundo tercio.
Al iniciar su faena el de Aguascalientes entendió las condiciones de debilidad de su enemigo por lo que cuidó la embestida y echo mano de pases con mucho temple, aunque algunos protestaron en general se aquilato el proceder. Poco a poco fue metiendo en vereda tanto al toro como a un público que al final se entregó. Desafortunadamente volvió a fallar con el acero; no obstante, fue aplaudido.
Diego Silveti ha estado muy dispuesto, exposición con el capote y estructura con la muleta. Desafortunadamente su lote se vino a menos; sin embargo, por momentos se pudieron vivir emociones muy importantes. En este sentido durante la lidia de su primer astado aparecieron algunos pañuelos para solicitar el trofeo.
Andrés Roca Rey ha tenido una tarde muy cuesta arriba y a decir verdad durante la lidia del tercero de la tarde no tuvo tela de donde cortar por lo que no hubo trascendencia. Con el que cerró plaza las cosas pintaban muy bien, al iniciar la faena expuso enormidades, pero de pronto pareciera haber perdido la brújula, abrevió y llegó la bronca con la espada.
Llegaron dos avisos y dio la impresión de haberse dado por vencido antes del tercer toque que, irremediablemente bajó desde el biombo, la colectividad percibió que el peruano no actuó adecuadamente y es que como se mencionó en líneas arriba, los públicos tienen memoria colectiva. De generación en generación se ha contado que muchos diestros mostraron una gran indignación cuando dejaron un toro vivo en la plaza más importante de América.
Ficha:
Primera corrida de reapertura en la plaza de toros México, lleno hasta las banderas en tarde fresca se han lidiado astados de Tequisquiapan, variados en presencia y juego, pesos: 589, 522, 562, 532, 590 y 447 kilos
Joselito Adame (verde hoja y oro) palmas en su lote, Diego Silveti (verde botella y oro) ovación y palmas, Andrés Roca Rey (verde y oro) silencio y los tres avisos
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