El triunfo de Borja Jiménez en Las Ventas es uno de los sucesos del año. Pudo ser más, porque si las tres estocadas caen en su sitio y no tendidas, estaríamos hablando, ni más ni menos, de un triunfo de cuatro o cinco orejas. En Madrid. En la Feria de Otoño. Y en la corrida de Victorino. Y no fue casualidad, porque, más allá de sus catorce corridas de este año (la temporada que más ha toreado), su visualización ha sido en Las Ventas. Siendo sevillano, se ha hecho torero de Madrid a través de los hechos. Tres tardes este año, confirmando sin triunfo, y repetido sin triunfo. Pero repetido con el argumento de esa esperanza de poder ser y poder triunfar. Nunca había lidiado una de Victorino, una de las razones por las que se criticó su presencia en otoño en Las Ventas. Una apuesta.
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