La suerte favoreció al que más la necesitaba y de esa forma, dos figuras de la talla del francés Sebastián Castella y el hidrocálido Joselito Adame “ayudaron” a que Isaac Fonseca quien debutaba en Aguascalientes pudiera tener una tarde emocionante que pudo ser rotunda pero saldó con el corte de una oreja, y sobre todo, mostró a los aficionados sus cartas credenciales.
La “ayuda” consistió en que le dejaron en el sombrero del sorteo a Fonseca los dos mejores toros del encierro de De la Mora, propiedad de Luis Alberto Villarreal, que tuvieron emotividad, bravura, nobleza y mucha fijeza.
Ambos, bautizados por el ganadero con los nombres ilustres de ‘El Calesero’ (Alfonso Ramírez) y de ‘Armillita’ (Fermín Espinosa), dos figuras hidrocálidas que volvieron a emocionar como muchos años atrás al público que disfrutó de una interesante tarde de toros pues aunque las figuras no cortaron apéndices, hicieron gala de su experiencia y tauromaquia consiguiendo momentos de mucho interés.
Fonseca llegó directo de España en donde ha estado en los últimos meses, en donde ha dejado en claro su entrega y valor y donde también se acostumbró a tandas cortas que aquí en México son difíciles de comprender.
Quizá por ello ninguna de sus dos faenas que pudieron ser de escándalo, terminaron por romper.
Sin embargo ello no demerita la oreja que le cortó al gran ‘Calesero’ un astado emotivo al que recibió con capote y muleta de rodillas en el centro del ruedo, prueba de sus ansias de triunfar, de los muletazos largos aunque aislados que consiguió y de esos detalles de valor que emocionaron a los espectadores quienes, pese a un pinchazo no dudaron en solicitar la oreja para el michoacano que, feliz, dio la vuelta con ella.
En el sexto, la historia se repitió, Fonseca que gusta de torear variado con el capote lo hizo y bien. Luego con la muleta aprovechó que el animal tuvo más movilidad y ejecutó esos muletazos que ya se están haciendo muy suyos, los de mirar al tendido esperando que el astado pase completo en escalofriantes instantes.
Así volvió a tener al público con él y dejarle un buen sabor de boca, que, seguramente con el paso del tiempo y que vuelva a acoplarse al toro mexicano de repetidas embestidas como esos dos magníficos astados que le correspondieron, logrará Isaac una tarde como la que muchos esperaban ayer.
De cualquier forma se lleva lo más importante: el cariño y el reconocimiento del público que lo detuvo al grito de ¡torero, torero! cuando abandonaba esta plaza que ayer pisó por vez primera.
Lo de Castella es de reconocerse. Si decidió volver es porque está seguro que su techo aún es muy alto.
Ayer lo demostró con dos toros que no fueron fáciles, sobre todo su primero que se fue convirtiendo en un astado incómodo, de bruscas embestidas y que pese a los trincherazos y muletazos por bajo que le daba Sebastián, no se domeñaba. Al final el astado terminó reconociendo la muleta del diestro galo, el poder de su muñeca y la determinación de triunfar y se quedó parado.
Luego la mala suerte le acompañó en su segundo, un astado de preciosas hechuras que se despitorró de salida. En su lugar apareció uno de la misma ganadería que fue de más a menos, pero con el que Sebastián no pudo eslabonar una faena como las que a él le gustan.
Sus detalles fueron valorados por el público quien se dio cuenta que el regreso de Castella no es de contentillo, sino de convicción.
A Joselito Adame lo fueron a hostigar un grupo muy definido de espectadores pues desde que salió el astado comenzaron a protestar que no tenía la cara en comparación con el primero que salió al ruedo, pero era un astado rematado.
Total es que aunque José estuvo paciente y concentrado aprovechando las buenas condiciones del animal, nada le valoraron en ese sector de sol, porque el resto de la plaza si le aplaudió con fuerza.
En su segundo apareció la experiencia e inteligencia del hidrocálido quien fue templando y enseñando el camino al bonito berrendo para después aprovechar el buen fondo y conseguir una faena limpia de muletazos profundos y buen gusto.
Prueba de que iban a por José más que por el trapío fue que cuando sonó la música de pelea de gallos volvieron a escucharse las protestas del mismo sector del público que, en esta ocasión, no tenía trapío que protestar.
Ficha:
Plaza de toros Monumental de Aguascalientes. Corrida por el 448 Aniversario de la Fundación de la Ciudad. Más de media plaza. Toros de De la Mora, de buena presencia a excepción del segundo que tenía menos cara y que fue protestado. El resto lucieron en el ruedo. Todos bravos en su pelea con el caballo y salvo el primero que fue áspero, todos dieron opciones de triunfo. Sobresaliendo los lidiados en tercero y sexto lugares para los que hubo petición de arrastre lento que no fue concedido.
Sebastián Castella: Palmas y palmas.
Joselito Adame: división de opiniones y palmas tras un aviso.
Isaac Fonseca: una oreja y palmas tras un aviso.
Detalles: el ruedo fue pintado multicolor por la maestra Dulce María Rivas con motivos alusivos a los 448 años de la ciudad. Tras el paseíllo se interpretó el Himno Nacional Mexicano y el Himno de Aguascalientes. Al final del festejo hubo un espectáculo de Juegos Pirotécnicos. Joselito Adame brindó su segundo toro a los médicos de plaza e Isaac Fonseca hizo lo propio con Arturo Macías quien ahora se encuentra en el retiro. Fueron aplaudidos el banderillero Gustavo Campos y el picador Juan Carlos Paz.
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