Por: Gustavo Campos
Si, todo en esta vida se torea.
Pero, siendo así, las cornadas son constantes, las volteretas están a la orden del día, y los quites del día a día, son providenciales..
Y las cornadas de espejo… Uff! Esas que quiebran los ojos, y la mirada perdida, o más bien ahogada en una laguna de nostalgia… Esas que marcan el rostro mostrando un semblante seco y a la vez tan mojado de llanto…
Si, todo en esta vida se torea… Y como cada toro es distinto, hay que buscar ser torero pa’lo que salga por toriles, a la hora pactada con el destino.
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